En el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México se puede observar la obra de varios escultores italianos, algunos muy destacados. Éstos a través de su estatuaria dejaron una muestra del arte que en Italia se estaba desarrollando a caballo del siglo XIX y el siguiente. Vayan estas líneas para darlos a conocer.
En un principio, el arquitecto Adamo Boari, responsable de la obra planeó contratar escultores de la talla de Auguste Rodin, Leonardo Bistolfi y Paolo Troubetskoy. Finalmente, probablemente por razones económicas y de disponibilidad, escogió a los italianos Leonardo Bistolfi, Edoardo Rubino y Domenico Boni, al español Agustín Querol y al húngaro Géza Maróti. También, en la realización de la decoración escultórica, el propio Boarí contrató a Gianetti Fiorenzo quién estuvo trabajando a sueldo entre 1907 a 1919 en los talleres de la obra del palacio y es el autor de las guirlandas, claves, máscaras, guirnaldas y florones que decoran la fachada de éste . Las cancelas y bardas perimetrales al palacio se le encargaron a Alessandro Mazzucotelli.
Sabemos que Leonardo Bistolfi (1859-1933), un reputado escultor piamontés, máximo representante del simbolismo en Italia, formado en la academia de Brera en Milán y en la Albertina de Turín , remitió desde Italia su conjunto escultórico “ La harmonía» que iba en el tímpano de la fachada del Palacio de Bellas Artes y que tuvo un costo de 96.640 pesos de la época. Un conjunto que a decir de la prensa fue muy valorado por el rey de Italia, al visitar el taller del escultor en Turín en octubre de 1908 . Unos meses antes, en abril, se había cerrado el contrato entre el gobierno mexicano y Walton, Goody and Cripps Ltd., tratantes de mármol de Carrara, para suministrar 4000 toneladas del mármol para las obras del Palacio, una parte de estas fue entregado al escultor Bistolfi para ejecutar su obra . Existe la duda de si Bistolfi viajó a México en algún momento , lo cierto, es que junto el Mausoleo de la familia Crovetto en el Cementerio Central de Montevideo, el conjunto escultórico del Palacio de Bellas Artes, son las dos únicas obras de este escultor en América Latina.
Cabe añadir en este punto, que Bistolfi también estuvo implicado, aunque negativamente, la elaboración de la estatua de Giuseppe Garibaldi, que hoy se encuentra en la Avenida Chapultepec. En julio de 1910 miembros de la colonia italiana en la Ciudad de México solicitaron al escultor turinés sobre la posibilidad de hacer una copia de la estatua de Garibaldi había hecho para el ayuntamiento de San Remo y traerla a México . El escultor se negó a tal procedimiento, lo que obligó a abrir una suscripción de donativos para elaborar una estatua del prócer italiano. Finalmente, fue el escultor Cesar Augusto Volpi, residente en la ciudad, quien haría el encargo, con la elaboración de un busto de Garibaldi. La primera piedra del monumento se colocó el 20 de septiembre de 1910 en la plaza Orizaba en la colonia Roma.
Con respecto al escultor turinés Edoardo Rubino (1871- 1954) cabe decir que era discípulo directo de Bistolfi y también como él se involucró en el movimiento simbolista. En 1907 se implicó en el proyecto del Palacio de Bellas Artes gracias a su amigo, el tallista y escultor Luciano Spirito , quien en el mismo período estaba en México participando en las obras de cantería y talla de la columna de la Independencia que en cuanto a la decoración escultórica se le había confiado al franco italiano Enrique Alciati. Al parecer, la participación del escultor Rubino en Bellas Artes quedo reducida al diseño de unas fuentes monumentales en los anexos del Palacio. El diseño de éstas fue pagado, 1835 pesos, por la Secretaría de Comunicación y Transportes en 1909 . Añadir, que, por esas mismas fechas, en 1907, Rubino junto a Davide Calandra participaba en el concurso para la estatua del General Bartolomé Mitre en Buenos Aires, monumento que no vería la luz hasta 1927 .
La participación en Bellas Artes de Domenico Boni, nacido en Carrara en 1886, se puede explicar porque era un colaborador de confianza del escultor catalán Agustín Querol . Efectivamente, Boni realizó cuatro escayolas de desnudos femeninos para la firma Triscornia & Heraux , misma que los haría en mármol y que en 1909 los enviaría a la Ciudad de México para embellecer los frontis laterales del Palacio de Bellas Artes . Un año más tarde Boni viajaría a La Habana para participar en el concurso internacional para la elaboración de una estatua ecuestre del General Antonio Maceo Grajales, que acabaría instalándose en 1915. Dos años más tarde fallecería en la isla caribeña.
Otro que realizó su encargo sin visitar México, diez bardas y rejas de hierro colado, fue Alessandro Mazzucotelli (Lodi, 1865-Milán 1938), un escultor y decorador que desarrolló toda su obra en hierro forjado, material con el que consiguió una notabilísima especialización enmarcada en el estile Liberty. Mazzucotelli recibió el encargo de Boari, quien seguramente conocía su interesante trayectoria desarrollada en gran medida en ciudades del norte de Italia: El encargo mexicano no será el único que proveniente del extranjero tendrá en su vida profesional. Años tarde atenderá proyectos en Buenos Aires, Argentina y en Bangkok, Tailandia .
Los ejemplos de Bistolfi, Boni, Fiorenzo, Mazzucotelli y Rubino nos ilustran sobre las distintas formas de proceder de los escultores italianos. Unos enviaban sus piezas, otros residían en el país donde se realizaba la construcción que debían decorar y en la mayoría de los casos, estaban vinculados a la comercialización del mármol de Carrara que en esos años tuvo un muy notable auge en toda América Latina .
Nota publicada en Diario electrónico Punto di incontro, 22 de enero de 2019. Reproducido también por la Agenzia Italiana Stampa Estera (AISE) el 23 de enero de 2019.