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Martin Checa-Artasu

Doctor en Geografía Humana

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Arquitectura, Libros, Patrimonio, Sin categoría / 18 septiembre, 2019

Algo más sobre el libro: Italianos en México. Arquitectos, ingenieros y artistas entre los siglos XIX y XX.

Sobre las relaciones culturales México-Italia
La edición de este libro: Italianos en México. Arquitectos, ingenieros y artistas entre los siglos XIX y XX nos permite reflexionar sobre cuáles son las relaciones culturales que mantienen México e Italia en la actualidad.
En primer término, cabe señalar que la diplomacia cultural “oficial” entre México e Italia se inaugura en 1965 con la firma del Convenio de Intercambio Cultural entre los Estados Unidos Mexicanos y la República Italiana, por el cual se dotaba fondos para el intercambio de estudiantes universitarios de ambas naciones. (1) Ese documento y otros más que se han ido firmando hasta la actualidad derivados del fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países han dado paso, en materia cultural acciones diversas, algunas con más de cuarenta años de trayectoria. En éstas destaca la Missione etnologica italiana in Messico , hoy dirigida por el etnólogo Alessandro Lupo (2). Esta misión científica fue creada en 1973, bajo la dirección del antropólogo Ítalo Signorini, siguiendo el Acuerdo cultural Ítalo-mexicano de 1969, que preveía a realización de investigaciones arqueológicas etnológicas en México por parte de estudiosos italianos. A la fecha ha desarrollado diversas investigaciones en la Sierra Norte de Puebla, en el Istmo de Tehuantepec, en especial con la etnia huave, así como, de aspectos de la cultura azteca.
Mucho más recientes destacan otras actividades culturales donde intervienen tanto agentes estatales como de la esfera empresarial y académica. Entre estas hay que señalar varias exposiciones recientes en la Ciudad de México como “Caravaggio, una obra, un legado” presentada en el Museo Nacional de Arte, instalada de febrero a mayo de 2018 y hecha en colaboración del Musei Capitolini de Roma; la exposición “Olivetti Makes. Diseño industria y

Monumento a Garibaldi realizado en los talleres del escultor Cesar Augusto Volpi y donado a la ciudad en 1910.

sociedad» instalada de octubre de 2018 a enero 2019 en la sala internacional del Palacio de Bellas Artes y de la que en el libro se hace referencia con un capítulo firmado por Alessandro Colombo y Pier Paolo Peruccio, éste último comisario de esa muestra. En éste se señala el papel relevante que tuvo esta empresa italiana en los Juegos Olímpicos de México 1968. Y la exposición: Roma en México/México en Roma: las academias de arte entre Europa y el Nuevo Mundo (1843-1867), instalada en el Museo de San Carlos de diciembre 2018 a abril de 2019. En ella se mostraban 93 piezas fruto de intercambio académico entre Italia y México a través de la Academia de San Luca y la Academia de San Carlos en el siglo XIX. Un aspecto este que implícitamente recorre buena parte de los capítulos del libro. El intercambio tanto formal y documentado como el tácito y más íntimo fruto de la actividad concreta de un arquitecto o del artista plástico. También en Italia, se han visto exposiciones de claro contenido mexicano. Cito dos: Il tesori degli Aztechi y Frida Kahlo, ambas expuestas en la Scuderie del Quirinale, en Roma.
Ese intercambio cultural también se ha dado en acciones más específicas y de gran valor en términos de la protección y gestión del patrimonio cultural. Menciono dos ejemplos, también recientes. El primero, la colaboración de la Universidad de Roma Tre y el INAH en la restauración de tres templos afectados por los sismos de 2017 (3). Y un segundo, la restitución a México por parte de Italia de 594 exvotos sustraídos ilícitamente del país y decomisados por la policía italiana. Exvotos que desde agosto de 2019 se pueden ver en la exposición ‘Memoria de Milagros, Exvotos mexicanos’, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo.
El arte, el diseño, la música, la literatura y la arquitectura y sus agentes han sido y siguen siendo agentes de ese intercambio cultural entre ambos países. En las artes plásticas debemos señalar la participación mexicana en la Bienal de Venecia , iniciada en 1950 fruto de las gestiones de un pintor de Monza, Guido Caprotti quien en 1949 en un viaje a México queda impresionado por la obra de los muralistas mexicanos. Ello explica que un año más tarde el estado mexicano, enviará a la bienal un pabellón curado por Fernando Gamboa, uno de los padres de la museografía en México, donde se mostrará la obra de José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo. Veinte años más tarde esa participación oficial se diluyó, lo que no impidió que forma individual participan artistas de la talla de Leonora Carrington en 1986, Gabriel Orozco en 2003 o que, en ese mismo año, Gastón Ramírez se presentará su favela Pavilion. Será de nuevo en 2007 que México retoma su presencia oficial en este certamen, misma que llega a 2019 con la instalación “Actos de Dios” de Pablo Vargas Lugo.
Los intercambios han sido también muy destacados en el ámbito del diseño. Los ejemplos son muchos, citamos algunos recientes: la exposición Diseño: México-Italia abierta en la antigua Escuela Pía de Cristo de Aguascalientes entre junio y agosto de 2018; la exhibición ¿Dónde está el diseño italiano?, abierta en octubre de 2018 en el Museo Carrillo Gil y que mostraba las colecciones privadas de los arquitectos Ítalo Rota y Alessandro Pedretti y la exposición Milano in Messico abierta en agosto de 2017 en la Galería Mexicana de Diseño donde se mostraba la obra de diez diseñadores milaneses. De igual forma, parece consolidarse la celebración del Día Internacional del Diseño en la Ciudad de México desde 2017. Igualmente, se ha dado el intercambio entre profesionales y empresas. Un ejemplo es el proyecto Diseño México + Italia. de empresa italiana Elica de insumos para cocinas. Desde México, la participación en eventos tan reseñables como la semana del diseño en Milán ha sido reseñable desde la más reciente, en 2019, del Ayrton Miranda Studio, hasta muy notable presencia mexicana en el Salone Internazionale del Mobile en 2017.
También en arquitectura, ha habido numerosos intercambios, tanto institucionales como individuales. De todos ellos podemos destacar el primer encuentro de Arquitectura México-Italia celebrado en 2013 en México por iniciativa de la Orden de Arquitectos de Roma y la muestra de Arquitectura Contemporánea Mexicana en Italia celebrada del 19 al 26 de octubre de ese mismo año en Roma. En otras disciplinas como en el cine existe desde 2016 un convenio de colaboración Asociación Nacional de la Industrias Cinematográficas y Audiovisuales (Anica) de Italia y Imcine y en mayo de 2019 se realizó en Roma el Primer Festival de Cine Mexicano y a su vez, en 2018 se celebró la Semana de Cine Italiano Contemporáneo. En música es igualmente rica la relación, misma que sigue muy activa como lo demuestra la joven soprano mexicana Mariana Valdés,ganadora del premio Concurso Lírico Arturo Pessina y formada en ambos países. Pudiéramos seguir en esta recopilación de las diversas actividades culturales generadas por personas e instituciones de ambos países en cada uno de éstos. El libro Italianos en México visto desde esa perspectiva es un ejemplo más de esas ricas relaciones culturales entre ambos países. En este caso, sin embargo, nos permite una serie de reflexiones, porque pone por escrito lo que algunos artistas, arquitectos e ingenieros italianos hicieron en México, dejándolo como su aportación vital.

Del talento migrante.
El historiador de la cultura Peter Burke en su libro. Pérdidas y ganancias. Exiliados y expatriados en la historia del conocimiento de Europa y las Américas, 1500-2000, publicado en 2018 nos demuestra como en la historia reciente del mundo diversos tipos de talento han transitado entre continentes y ha fortalecido a las sociedades receptoras y con el tiempo, a las emisoras. El talento del ser humano, la innovación y la creatividad asociadas a ese talento, en no pocas ocasiones ha quedado relegado y ha sido perseguido por instituciones y personas que veían en los cambios que ese talento desarrollado proponía una amenaza a su estatus o a su poder. Así, reyes, dictadores, gobernantes de toda clase, la Iglesia o incluso, empresas han forzado la movilidad de personas diversas y con ellas sus ideas, sus conocimientos, sus habilidades y sus bagajes culturales e intelectuales. También, las guerras, las crisis económicas y los desastres naturales lo han propiciado.
El resultado es que la movilidad de las personas y su talento es un fenómeno que ha se ha dado en distintos momentos de la historia, además de ser global pues se ha dado en distintos lugares del planeta. Hay muchos ejemplos de ello: La diáspora judía en distintos momentos, la católica y protestante acaecida en el siglo XVI en toda Europa; las migraciones laborales de la segunda mitad del siglo XIX fruto de las distorsiones provocadas por la revolución industrial o las provocadas por las crisis económicas globales o locales; por las guerras como la de los exiliados republicanos de la Guerra Civil en México, o las de los latinoamericanos huyendo de dictaduras hace apenas 50 años.
Las más de las veces esos inmigrados, exiliados o expatriados se encuentran en una situación social y cultural ambigua, ni están en el país de huida ni son del país de acogida. El filósofo José Gaos puso nombre a dicha condición. Él los llamó y se llamó, asimismo: transterrados.
Una posición estresante pero también extraordinaria porque los hace capaces de ver los cambios que acontecen en sus sociedades de acogida y por supuesto, aunque con mucha más nostalgia, los que se dan en las de su salida. Esa posición al poco tiempo según como sean sus interacciones les permite asumir una situación en medio de la cultura de su origen y de la cultura de recepción. De ahí surgen el traspaso de ideas y la hibridación de maneras de hacer en todos los campos del saber. Impactando con ello, en términos económicos, sociales y culturales. Eso es lo que sucedió, con el pequeño colectivo que trata este libro: el de los arquitectos, ingenieros artistas italianos arriban a México en distintos momentos que se producen crisis en su país natal. Uno por la migración provocada por las distorsiones fruto del proceso de unificación de la nación italiana en torno a 1860 o durante la Segunda Guerra Mundial, resultado de las carencias y persecuciones propiciadas por el régimen de Benito Mussolini, aliado a la Alemania nazi.
¿Qué le dejaron a México estos italianos? Obviamente, sus obras, su técnica, sus conocimientos, su talento en muchos casos aprehendidos por mexicanos. También, propiciaron el arraigo cultural de sus descendientes que desarrollaron y lo siguen haciendo sus conocimientos y sus talentos en México, ahora como mexicanos. ¿Qué mensaje nos dejan para el México de hoy viendo sus obras y leyendo sus trayectorias? Varios. Algunos concuerdan con los que nos relata el periodista Andrés Oppenheimer en su libro: Crear o Morir. La esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación, editado en 2017.
El primero. Se deben crear ambientes donde la innovación debe ser estimulada, y hasta glorificada, para que ese camino, el de innovar, se vuelva en realidad y sea atractivo para muchas personas. En la arquitectura, en la ingeniería y en las artes plásticas la innovación ha estado presente como parte sustancial de esas disciplinas. El ambiente social y económico importa porque estimulará ese desarrollo de la innovación. Eso aconteció en el México porfiriano, aun cuando sólo dominado por las élites económicas y políticas y también, lo hizo en los años de la sustitución de importaciones y del milagro desarrollista mexicano.
Un segundo mensaje es que la creatividad y la innovación son y han sido globales. No son propiedad de ningún país y además pueden transitar y movilizarse por todo el planeta. Sucede hoy con enorme fuerza con numerosos ejemplos y sucedió en el pasado. Las biografías de los italianos de este libro lo demuestran.
Un tercer mensaje es que se debe estar abierto al mundo, a todos los mundos. A los propios, en el caso de México de una riqueza extraordinaria, yo diría que inagotable y a los ajenos. A los de los otros países, a las otras culturas. La unilateralidad en términos de la difusión y transmisión cultural es nefasta, empobrecedora y genera extrañas dependencias. Las miradas deben ser múltiples. Este libro simplemente es una ventana, pequeña, a esa diversidad. Aquí, la de unos italianos que aportaron en su momento, algunos monumentos, algunos aprendizajes y algunas obras de artes que quedaron como un poso, una fina capa, en el devenir cultural de México. Una que, por primera vez de forma conjunta, se da a conocer en este libro.
(1) Branciforte, Laura (2005) las relaciones culturales y diplomáticas entre México e Italia (del siglo XVI al presente). Studia historica. Historia contemporánea, 23, 269-296.
(2)Lupo, Alessandro (1995) In Memoriam Ítalo Signorini. Cuadernos del Sur, Ciencias Sociales, 10, 123-128 y Lupo, Alessandro (1998) Introducción. En Lupo, Alessandro; López Austin, Alfredo (eds.) La cultura plural. Reflexiones sobre diálogo y silencios en Mesoamérica ( homenaje a Ítalo Signorini).Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México; Universitá di Roma La Sapienza, pp.13-54.
(3)El convento agustino de la Inmaculada Concepción en Zacualpan de Amilpas en Morelos, el templo de la Gualupita en el Sacromonte de Amecameca en el Estado de México y el convento franciscano de San Juan Bautista en Tetela del Volcán.
(4) Ortiz, Alejandra (2017) Historia del pabellón mexicano en la Bienal de Venecia. En Galicia Isasmendi, Erika; Quiles García, Fernando; Ruiz Romero, Zara (eds.) Acervo Mexicano. Legado de Culturas. Sevilla-Puebla: E.R.A. Arte, Creación y Patrimonio Iberoamericano en Redes; Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, pp. 410-429

Texto leído en la presentación del libro el 17 de septiembre de 2019 en Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas, Ciudad de México.

Reproducido en parte en:Dialoghi Mediterranei, Periodico bimestrale dell’Istituto Euroarabo di Mazara del Vallo,  núm.40, Noviembre 2019  ISBN.2384-9010

Filed Under: Arquitectura, Libros, Patrimonio, Sin categoría

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